¡Vive tu propia Navidad!

 



 Quiero agradecer a los LECTORES de cuentos, en especial sobre la NAVIDAD.

Mis dos libros van por buen camino, les va muy bien. Infinitas gracias por el apoyo.

¡VIVE TU PROPIA NAVIDAD!

No importa cómo… Solo, con un amigo, con tu perro o tu gato, leyendo un libro, con tus padres ancianos, de viaje, con tu hijo, en pareja… La verdadera esencia está dentro tuyo.

La escritura es puente y salva vidas, así lo decía Ernesto Sábato. El arte acompaña, sana, da paz y felicidad, no existe dicha más grande en otro sitio que no sea crear. Por lo menos yo no la he encontrado. Muchos que escriben, con vocación, saben de lo que hablo.

Les dejo estos relatos, algunos melancólicos otros felices. La vida es eso, y desde hace un par de años La Navidad ya no es la misma. Por eso digo siempre: ¡vive tu propia Navidad! No aquella que les gusta a los demás, vive la tuya, la propia, la auténtica.

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Los duendes de la casa dulce---Gracias México


 



"Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, a partir de las tres empezaré a ser feliz. A medida que se acerque la hora me sentiré más feliz. Y a las cuatro, me agitaré y me inquietaré; ¡descubriré el precio de la felicidad! Pero si vienes en cualquier momento, no sabré nunca a qué hora vestirme el corazón… Los ritos son necesarios”

― Antoine de Saint-Exupéry, The Little Prince


Cuentos (infantil-juvenil) para lectores entre 7 y 10 años.
Son historias que también pueden leer los adultos. Están cargadas de emociones, de recuerdos, de añoranzas, de un tiempo de niñez donde se mezclan la lectura y la imaginación y todo lo que llega desde el entorno tratando de asimilarlo para poder aprender. Los duendes de la casa dulce tienen aromas de ciruelas, de jazmines, murmullos de una abuela que tejía y de una niña que hablaba con la voz de EL PRINCIPITO.

Un ángel en nuestras vidas

 

LA ÚLTIMA MUJER

----TRAGEDIA DEL TITANIC



¿Cómo actuar frente a una situación límite?

Todos lo hacemos de diferente manera: buscamos fuerzas donde no las hay, pero están..., nos desesperamos y dejamos que otros actúen por nosotros, nos sentimos niños desprotegidos y dolientes, culpamos al entorno, siempre...

A veces, aparece un ángel
Yo le digo ángeles a aquellas personas que llegan cuando menos lo esperamos y cuando más los necesitamos. Están ahí sin que lo llames para abrigarnos con sus alas, están para cuidar, ayudar y extendernos su mano. Son tan necesarios. Ellos no lo saben, pero tienen ese don.

Con él se encontró Rebeca en la novela "La última mujer" porque la historia comienza cuando el barco se hunde..., con la música y los violines, con el desconcierto y la búsqueda de los seres queridos.

La última mujer
-1912-
Un naufragio,
el baúl de perlas.

Directamente desde la página de la Editorial Autores de Argentina.

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