Manuela era una mujer sumisa y
agradable, demasiado dadivosa y consagrada a los rezos como resultado de su
estructurada educación religiosa. Julián se dedicaba al comercio de automóviles
en un negocio que tenía ubicado frente al palacio de Argensola. Él era
ambicioso y le gustaba demostrar más de lo que poseía pero puertas adentro
porque envolvía con un velo su casa de picaporte herrumbrado para ocultar sus
finos muebles, los trajes caros que nunca usaba y las joyas que le regalaba a
Manuela. Ella no sabía ni quería lucirlas pero las admiraba acariciándolas
dentro de la caja de música de su madre. Daba la imagen de una mujer poco
elegante y tímida ocupada en reparar sus medias y remendar el guardarropa.
❤❤❤SIGUE LA NOVELA
EL SILENCIOSO GRITO DE MANUELA
ETERNAMENTE MANUELA
UNA MUJER REAL
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