Rosaura necesitaba vivir un poco, pero nació para servir.
En la pampa gringa donde caminó sus primeros pasos fue la niña-ángel, la que cuidó de todos a pesar de ser pequeña, y cuando creció bajo esos vientos de agua siguió su camino, el que le trazó su madre.
Fue el amor personificado; su sacrificio de mujer marcó el tiempo de espera cuando, por un capricho de la vida, dejó de ser la novia solitaria.
Querida Rosaura, querida dama.
Solamente necesitabas vivir un poco.
Querida Rosaura
¿Cuánto dura el amor?
La eternidad.
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